Pura energía, mucha arqueología ... ¡y qué vista!
A ocho kilómetros de Minas (Lavalleja), está el Valle del Hilo de la Vida, uno de esos regalos que la naturaleza y la historia hicieron a Uruguay.
Una combinación de asombrosos restos arqueológicos, sorprendente paisaje serrano y una especial energía, son parte de la magia de un valle que debe su nombre a un curso de agua que va serpenteando entre las sierras, cual hilo de la vida misma.
Una combinación de asombrosos restos arqueológicos, sorprendente paisaje serrano y una especial energía, son parte de la magia de un valle que debe su nombre a un curso de agua que va serpenteando entre las sierras, cual hilo de la vida misma.
Misteriosos montículos de piedras
Lo más característico del Valle del Hilo de la Vida son sus estructuras cónicas de piedra -que mirando hacia la puesta del sol- están sobre las verdes laderas de las sierras.
Estos conos están hechos de piedra sobre piedra, con algunas que sobresalen y de las que se dice que quienes vivían en ese antiguo territorio indígena, con ellas marcaban fechas de eventos especiales.
Pero quiénes los construyeron?, por qué? cuándo?, son incógnitas sobre las que hay muchas explicaciones. Varias se dan en una charla previa que se brinda a los visitantes.
Estos conos están hechos de piedra sobre piedra, con algunas que sobresalen y de las que se dice que quienes vivían en ese antiguo territorio indígena, con ellas marcaban fechas de eventos especiales.
Pero quiénes los construyeron?, por qué? cuándo?, son incógnitas sobre las que hay muchas explicaciones. Varias se dan en una charla previa que se brinda a los visitantes.
Un recorrido viendo las sierras de Minas en 360º
Al Valle del Hilo de la Vida se accede mediante una visita guiada cuya duración oscila entre una hora y media y dos. En ese tiempo se caminan 1.800 metros, partiendo de una altura de 237 metros y ascendiendo unos 100.
Desde allí arriba se tiene una panorámica total de las Sierras de Minas y de sus lugares más destacados: la Mina Valencia, el Templo Budista, Cerro del Verdún, el Arequita, el Campanero, el Cerro del Cura, por nombrar algunos.
El recorrido no ofrece mayores dificultades ya que el camino está bien marcado entre césped y alguna piedra. Para quien lo desee, hay palos de apoyo disponibles que en especial, hacen más llevadero el descenso, por eso de ir sosteniéndose con algo más que con las piernas.
Energía que se puede sentir
Los montículos de piedras están ubicados en puntos estratégicos asociados con vórtices energéticos, y en su entorno suceden cosas diferentes que en el resto del valle. Por ejemplo, los GPS no funcionan, las varillas de radiestesia marcan muy bien esos puntos energéticos y los péndulos se mueven muchísimo, salvo en los días de equinoccio, que quedan completamente quietos.
Sin recurrir a ningún instrumento, la energía se puede percibir haciendo el simple ejercicio de poner las palmas de las manos hacia el sol y claramente una mano queda mucho más caliente que la otra.
Este lugar es un favorito de quienes cultivan su lado místico, y es común ver grupos de meditadores, gente practicando yoga o tai chi, por no nombrar algunas actividades.
La piscina de cuarzo, un punto armónico
No es un lugar que se muestre demasiado a quienes llegan al Valle, pero los que lo conocen, siempre quieren volver a verlo.
Se encuentra detrás del Parador, y es una especie de piscina que se forma entre enormes rocas de cuarzo, convirtiéndola en algo único, donde los reflejos de árboles son por demás coloridos. Si en los conos hay energía, aquí puede decirse que hay toda una fuente de armonización.
Se encuentra detrás del Parador, y es una especie de piscina que se forma entre enormes rocas de cuarzo, convirtiéndola en algo único, donde los reflejos de árboles son por demás coloridos. Si en los conos hay energía, aquí puede decirse que hay toda una fuente de armonización.
Un parador para deleitarse con todos los sentidos
El Valle cuenta con un Parador de estilo rústico construido con piedras y con mucha onda en el que se puede almorzar y merendar. Lo mejor es hacerlo en el espectacular deck desde donde se perciben los sonidos y perfumes de la sierra, mientras se la contempla degustando un cordero con verduras cultivadas allí. La torta de manzana con canela y jengibre, y el té de hierbas hecho con cedrón y marcela cosechada en viernes santo, son imperdibles.
En el futuro van a construir habitaciones para poder disfrutar de la cantidad increíble de estrellas que aseguran que se ven allí.
Datos útiles
Ubicación:
Al sur del departamento de Lavalleja, km346 de Ruta 12. Está a 120 km de Montevideo, 90 del Aeropuerto de Carrasco y 75 de Punta del Este.
Cómo llegar
Desde Minas se hacen 3 km hacia el sur por la Ruta 12, y de allí son 5 kilómetros por camino vecinal que está en buenas condiciones.
UBICACIÓN
Artículo publicado en Montevideo Portal
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