El top ten de las playas más espectaculares, de los mejores restaurantes, de las ciudades más cool, de las nuevas maravillas o de los 10 puestos imperdibles de choripán.
Soy un tanto descreída de los rankings turísticos, sobre todo de aquellos pseudo referéndums organizados a través de Internet, donde a veces el más votado no es el mejor, sino el más hábil en movilizar fans en las redes sociales.
Hay salvedades, claro. Una es la lista elaborada por la ONG estadounidense Ethical Traveler (Viajero Ético), que año a año se despacha con los 10 Destinos más éticos del mundo. Lejos de querer bajar línea, como podría sugerir un título un tanto arbitrario, el equipo con sede en San Francisco busca aprovechar el poder de la industria turística para premiar aquellos países -emergentes, eso sí- que tratan de hacer lo correcto.
Así, analiza las políticas y prácticas de las naciones en vías de desarrollo, y selecciona los 10 que tengan el mejor desempeño en cuanto a la promoción de derechos humanos, la preservación del medio ambiente y el apoyo al bienestar social. De Uruguay (uno de los elegidos de 2015) destaca, por ejemplo, su audaz esfuerzo en energía sustentable, y el hecho de que este año espera ver rodar ómnibus y taxis eléctricos en sus calles. O de Chile, otro de los ganadores, subraya que es el primer país en América del Sur en aprobar el impuesto sobre el carbono.
Los otros elegidos de 2015 son Dominica, Lituania, Mauricio, Palaos, Samoa, Tonga y Vanuatu. Este último es famoso por un ritual en el que los lugareños saltan desde plataformas con enredaderas atadas alrededor de sus piernas (son los verdaderos precursores del bungee jumping), aunque la isla ganó su lugar a causa de una reforma agraria que apoya los derechos indígenas.
“Siete de los 10 países de este año son islas, una tendencia en nuestro círculo de ganadores”, dice el informe, al explicar que el cambio climático las afecta más radicalmente que a los territorios continentales, por lo que suelen buscar políticas ambientales efectivas.
Al igual que en 2014, ningún país asiático en vías de desarrollo calificó este año: “Todos revelaron demasiados abusos a los derechos humanos y mostraron muy poca iniciativa hacia la sostenibilidad”, acusa el director ejecutivo de Ethical Traveler, Jeff Greenwald, que en 1996 escribió un duro editorial en el Washington Post para boicotear el turismo en Myanmar, tras la encarcelación de Aung San Suu Kyi. Sin proponérselo, sembraba así las semillas de la futura organización.
Los top ten, desde luego, deben tener algo que ofrecer a los turistas: belleza natural, excelentes actividades al aire libre e interacción con los lugareños y culturas locales, de forma igualmente enriquecedora.
Los investigadores enfatizan que sólo porque los diez destinos fueron incluidos en la lista, ninguno obtuvo calificaciones perfectas.
“Este año, los asuntos que con más frecuencia obstaculizaron el desempeño de los países fueron el trato que se les da a las poblaciones indígenas y ciudadanos homosexuales”, acusa el informe. “En especial, Chile y Dominica tienen que aumentar sus esfuerzos para respetar los derechos de su población indígena.”
Si hacen los deberes, los rankeados seguramente mantengan el podio. Si no, serán desplazados de un plumazo. Costa Rica, por ejemplo, quedó fuera porque, según la ONG, no ha hecho nada para erradicar la prostitución infantil, a lo que se suma un gobierno que hace la vista gorda ante la intimidación y el asesinato de activistas que luchan contra el comercio de tortugas.
La Paloma |
La Pedrera |
Punta del Diablo |
Cabo Polonio |
José ignacio |
Piriápolis |
Colonia del Sacramento |
Montevideo |
Atlántida |
Termas de Salto |
Termas de Paysandú |
Fuente: Teresa Bausili – La Nación
Artículo publicado en: Destino Punta del Este
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