UN ESPAÑOL EN PUNTA DEL ESTE
El cantaor madrileño se mudó hace cuatro meses a República Dominicana para tomar distancia de la crisis económica que atraviesa España y en busca de un cambio profundo. "No quiero vivir esa depresión", explicó a El País el ganador del Grammy.
Diego "El Cigala" está radicado con toda su familia en Punta Cana, feliz porque su deseo pendiente era irse de España. En la entrevista que concedió a El País en agosto de 2012 lo había confesado: "Estoy considerando emigrar porque el panorama es muy desolador, aquí la gente está de muy mal humor y enojada. Yo para ser pobre me iría a una isla a comer un tomate rajado con sal, pero tendría mi pedazo de playa y no pagaría impuestos a nadie".
Ahora que está en Uruguay para actuar por primera vez en Punta del Este (el show es hoy a las 22 horas en Conrad), el artista habla de su nueva realidad. "Estoy aquí maravillosamente, sueño cumplido. Tengo a toda mi familia y a las nietas también. Estamos a tres minutos de la playa, un clima excepcional, el pueblo dominicano es bien chévere, me divierto muchísimo aquí", (se ríe).
El cantaor no sólo cambió su eje geográfico, también desplazó al flamenco para dedicarse al tango rioplatense y con el disco Romance de la luna tucumana ganó el Grammy Latino en su última edición, en el rubro de Mejor álbum de tango.
Por eso en el espectáculo de esta noche incluirá clásicos del género como Naranjo en flor, Siempre París, Por una cabeza y otros que grabó en Cigala & Tango (en el que colaboraron el bandoneonista Néstor Marconi y el guitarrista Juanjo Domínguez). Claro que, reserva un par de cantes para los amantes del flamenco puro.
La gira que lo trajo al Este también pasará por cuatro provincias de Argentina, Chile y Perú. Considera que República Dominicana es un punto estratégico para desarrollar su itinerario internacional de presentaciones en vivo.
"No quiero vivir esa depresión (dice refiriéndose a la crisis de su país). Tengo más trabajo aquí que en España y en pocas horas estoy en todos lados", agregó el heredero más fiel de Camarón de la Isla que actualmente graba un disco de estudio con el que pretende homenajear a los grandes músicos de la salsa, como Héctor Lavoe, Celia Cruz, Tito Puente, Bebo Valdes, entre otros.
Uno de los invitados será el dominicano José Alberto "El Canario", con quien iba a encontrarse ni bien terminara la entrevista. Según adelantó, el álbum tendrá una atmósfera acústica, sin metales, con percusión, congas, cajones, bongó contrabajo y piano. Quiere grabarlo entre Nueva York, Cuba y Puerto Rico.
Al mismo tiempo lanzará un álbum de flamenco registrado en vivo con la guitarra de Diego Del Morao pero después quiere volver al tango, un género del cual hace una nueva lectura. "Yo intento transmitir las emociones que llevan esas letras, me dedico a interpretar tangos y hacerlos creíbles. Es lo mismo que el flamenco. Las letras hablan de amor, desamor, del arrabal, de pendencieros, nocturnos, fatigas, alegrías, engaños, amores y locuras. Los dos géneros son muy nostálgicos y pasionales, muy de verdad. Así que no he tenido que forzar la máquina", subraya, diciendo que al principio pensaba "¿qué dirán los grandes? Espero que no me tiren huevos desde el cielo porque de verdad he tenido mucho respeto. Soy gitano, los señores Goyeneche y Gardel eran genios por excelencia, yo trato de ponerle otro swing sin perder la melodía que lo caracteriza".
Esta noche lo acompañará en guitarra Diego García y otros cuatro músicos le harán de soporte en contrabajo, piano, percusión y una segunda guitarra.
El Cigala se declara fanático de Mercedes Sosa y por eso extrajo su voz de Cantora para darle un toque diferente a su versión de Canción para un niño de la calle. Fue Andrés Calamaro quien le presentó a Martín Fierro, la obra de Atahualpa Yupanki y la milonga, tal vez el disparador de toda su odisea sonora. "Con Andrés somos grandes amigos, es familia para mí. Un día me dijo: `esta es la música que tienes que escuchar`".
Cuando fue a Buenos Aires por primera vez a cantar en el Luna Park el repertorio de Lágrimas negras, acompañado por el pianista Bebo Valdés, alguien se acercó al camarín y le obsequió una antología de Goyeneche y Gardel que lo mantuvo despierto durante todo el viaje de regreso de Europa.
Ramón Jiménez Salazar es el nombre que aparece en su pasaporte y lo de Diego es fruto de una disputa familiar en la misma pila bautismal. El apodo El Cigala, en cambio, fue inventiva de los hermanos Losada y no de Camarón como se cree popularmente.
Nació en diciembre de 1968, de una madre con talento para el canto que nunca trepó a un escenario y de un padre andaluz que se ganaba la vida en tablados como Torres Bermejas y Arco de Cuchilleros. Las entradas, disponibles a través de Red UTS (en locales Red Pagos y en Tienda Inglesa) cuestan 53, 63, 73 y 83 dólares.
Articulo publicado en El País
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