La tradición oral cuenta que Francisco Piria (fundador de la ciudad) fue iniciado a temprana edad en el conocimiento de la alquimia gracias a su tío un monje jesuita. Este visionario uruguayo denominó sus tierras a finales del 1800 como “Balneario del Porvenir”.
A lo largo de la ciudad los símbolos se suceden dando paso a la interpretación y percepción del visitante.
El inicio: el camino comienza en las escaleras del Cerro San Antonio, llegando a la gruta del Ave Fenix para encontrarse luego con la Virgen Stella Maris, una virgen sin velo que mira hacia el oeste donde muere el sol cada día, con su mano derecha extendida nos muestra a su hijo (Jesús) si el visitante se coloca detrás de ella.
Fuente de Venus: otro lugar emblemático, se ingresa mirando mirando al sudeste entre el ying y el yang según la tradición. Quien llegue a la fuente deberá caminar en sentido antihorario para desandar, luego caminar en sentido horario, pensando, sintiendo, visualizando un propósito firme.
El inicio: el camino comienza en las escaleras del Cerro San Antonio, llegando a la gruta del Ave Fenix para encontrarse luego con la Virgen Stella Maris, una virgen sin velo que mira hacia el oeste donde muere el sol cada día, con su mano derecha extendida nos muestra a su hijo (Jesús) si el visitante se coloca detrás de ella.
Fuente de Venus: otro lugar emblemático, se ingresa mirando mirando al sudeste entre el ying y el yang según la tradición. Quien llegue a la fuente deberá caminar en sentido antihorario para desandar, luego caminar en sentido horario, pensando, sintiendo, visualizando un propósito firme.
Cerro del Toro: los cuatro elementos toman forma allí. En la fuente luego de entrar en el descanso debajo del tauro símbolo de tierra, el hombre acuario símbolo del agua, felino leo que simboliza el fuego y el águila que simboliza el aire.
Articulo publicado en Destino Piriápolis.
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