Director de Energía, Ramón Méndez
El país atraviesa una gran transformación con la inclusión de energías alternativas, que lo lleva a disminuir su impacto ambiental y lo aleja de la alta dependencia con los combustibles fósiles. Según el titular de Energía, Ramón Méndez: “Comienzan a verse los frutos del rumbo tomado en 2005", dijo al ser consultado sobre lo concretado hasta 2013. Estas políticas harán que “el impacto ambiental hacia 2030, sea 8 veces menor”.
El director nacional de Energía, Ramón Méndez, señaló a la Secretaría de Comunicación, que 2013 fue un año excepcionalmente bueno en cuanto a los avances alcanzados en política energética. Aclaró que se trata de un proceso que comenzó hace varios años con la construcción de una política energética con una visión a 25 años en la cual se establecieron determinados hitos y acciones programadas paulatinamente.
“Ahora comienzan a verse los frutos de las decisiones tomadas cuando se definió el rumbo del barco energético y hacia dónde queríamos ir”, reflexionó Méndez. Dijo que uno de los elementos centrales definidos en el 2005 fue el rol decisivo del Estado en la elaboración de las políticas públicas, en la conducción, coordinación de los diferentes actores, y en la definición de reglas de juego claras para atraer la participación de las empresas privadas.
La energía eólica como bien público
Entre los cambios conceptuales, mencionó la aprobación de una ley en 2008 relacionada con el aprovechamiento de la energía eólica en el país como un bien público, concepto de vanguardia que internacionalmente ha tenido alto impacto y que comenzó a generar condiciones favorables para el aprovechamiento sustentable, por parte de los uruguayos, de sus recursos energéticos.
Agregó que la energía solar y la biomasa también comenzaron a ser objeto de estudio y se establecieron las condiciones legales, técnicas y comerciales necesarias como para explotarlas. En ese sentido, Méndez hizo referencia al proyecto PROBIO, lanzado en 2011, “para tratar de entender qué cantidad de biomasa tenemos para aprovechar energéticamente; y se montaron laboratorios para medición de la energía solar. Todo fue auditado internacionalmente”.
Para el jerarca, generar las condiciones y alianzas necesarias para que resulte interesante invertir en explotar los recursos naturales es un camino del cual están empezando a verse los frutos más notables.
En este sentido, resaltó la disminución de costos para los hogares y las empresas, el aumento de la soberanía y la disminución de la huella ambiental como factores de suma importancia que se desprenden de la política de energías renovables. “En todo lo que se está construyendo es fundamental reducir el impacto ambiental y los efectos del gas invernadero que atentan contra el cambio climático”.
Políticas de Estado y transformación
Para entender mejor este concepto, Méndez aseguró que si se comprara el punto en que estará el país en el año 2030 con las políticas que aplica, con adónde se ubicaría de haber seguido con la política anterior al 2005, se estará emitiendo ocho veces menos gases de efecto invernadero. “En lugar de emitir cien, vamos a estar emitiendo doce, una disminución de un factor ocho entre el impacto ambiental que hubiéramos tenido y el que vamos a tener efectivamente”, aclaró.
A lo expuesto, el director habló de la cantidad de puestos de trabajo que se generan, la apropiación de información, transferencia de tecnología, generación de capacidades industriales, "fruto de lo que ha aprendido en los últimos años con la implementación de las energías renovables”.
En particular, destacó que organismos como el Banco Mundial, el BID, CEPAL, los organismos internacionales de energías renovables y el Congreso Internacional de la Energía posicionan al Uruguay como uno de los ejemplos de política exitosa, por pensar a largo plazo e integrar toda la variabilidad que involucra el tema energético.
Recordó que antes del 2005 no había habido ni una sola inversión en el país en nueva generación eléctrica y según lo planificado entre 2006 y 2015 se habrá instalado lo equivalente a lo hecho en toda la historia del sistema eléctrico del país. “Ese es el tamaño de la transformación, porque no es solo agregar cantidad, sino cambiar radicalmente los conceptos”.
“Esta reseña es para comprender que todo lo que está ocurriendo en cuanto a energías alternativas, forma parte de un plan global que se viene aplicando desde el Gobierno anterior de forma continua y que los cambios están a la vista”, concluyó.
“Ahora comienzan a verse los frutos de las decisiones tomadas cuando se definió el rumbo del barco energético y hacia dónde queríamos ir”, reflexionó Méndez. Dijo que uno de los elementos centrales definidos en el 2005 fue el rol decisivo del Estado en la elaboración de las políticas públicas, en la conducción, coordinación de los diferentes actores, y en la definición de reglas de juego claras para atraer la participación de las empresas privadas.
La energía eólica como bien público
Entre los cambios conceptuales, mencionó la aprobación de una ley en 2008 relacionada con el aprovechamiento de la energía eólica en el país como un bien público, concepto de vanguardia que internacionalmente ha tenido alto impacto y que comenzó a generar condiciones favorables para el aprovechamiento sustentable, por parte de los uruguayos, de sus recursos energéticos.
Agregó que la energía solar y la biomasa también comenzaron a ser objeto de estudio y se establecieron las condiciones legales, técnicas y comerciales necesarias como para explotarlas. En ese sentido, Méndez hizo referencia al proyecto PROBIO, lanzado en 2011, “para tratar de entender qué cantidad de biomasa tenemos para aprovechar energéticamente; y se montaron laboratorios para medición de la energía solar. Todo fue auditado internacionalmente”.
Para el jerarca, generar las condiciones y alianzas necesarias para que resulte interesante invertir en explotar los recursos naturales es un camino del cual están empezando a verse los frutos más notables.
En este sentido, resaltó la disminución de costos para los hogares y las empresas, el aumento de la soberanía y la disminución de la huella ambiental como factores de suma importancia que se desprenden de la política de energías renovables. “En todo lo que se está construyendo es fundamental reducir el impacto ambiental y los efectos del gas invernadero que atentan contra el cambio climático”.
Políticas de Estado y transformación
Para entender mejor este concepto, Méndez aseguró que si se comprara el punto en que estará el país en el año 2030 con las políticas que aplica, con adónde se ubicaría de haber seguido con la política anterior al 2005, se estará emitiendo ocho veces menos gases de efecto invernadero. “En lugar de emitir cien, vamos a estar emitiendo doce, una disminución de un factor ocho entre el impacto ambiental que hubiéramos tenido y el que vamos a tener efectivamente”, aclaró.
A lo expuesto, el director habló de la cantidad de puestos de trabajo que se generan, la apropiación de información, transferencia de tecnología, generación de capacidades industriales, "fruto de lo que ha aprendido en los últimos años con la implementación de las energías renovables”.
En particular, destacó que organismos como el Banco Mundial, el BID, CEPAL, los organismos internacionales de energías renovables y el Congreso Internacional de la Energía posicionan al Uruguay como uno de los ejemplos de política exitosa, por pensar a largo plazo e integrar toda la variabilidad que involucra el tema energético.
Recordó que antes del 2005 no había habido ni una sola inversión en el país en nueva generación eléctrica y según lo planificado entre 2006 y 2015 se habrá instalado lo equivalente a lo hecho en toda la historia del sistema eléctrico del país. “Ese es el tamaño de la transformación, porque no es solo agregar cantidad, sino cambiar radicalmente los conceptos”.
“Esta reseña es para comprender que todo lo que está ocurriendo en cuanto a energías alternativas, forma parte de un plan global que se viene aplicando desde el Gobierno anterior de forma continua y que los cambios están a la vista”, concluyó.
- Articulo publicado en Presidencia. Uruguay.
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