Tal vez son pocos los que saben Fernando Muslera, el arquero al que Messi, y el resto quieren superar, es argentino. Muchos menos serán los que conocen la extraordinaria anécdota de su nacimiento. Muslera nació en Buenos Aires el 16 de junio de 1986, minutos después de que Pedro Pablo Pasculli le anotara a Uruguay el gol que clasificó a la Selección de Bilardo a los cuartos de final del Mundial 86, un paso clave para luego lograr la Copa.
"La anécdota es tal cual y me la contó mi mamá de grande", le relató el arquero al sitio FIFA.com. "El partero le dijo, 'con lo que costaron el parto y el partido, me imagino que le pondrán Pedro Pablo', sin saber que mis padres eran uruguayos. ¡Y claro, ellos se negaron rotundamente!".
"Además, ya tenían decidido el nombre Fernando en gran parte porque mi mamá era fanática de Fernando Morena, un goleador histórico uruguayo. O sea, llevo el nombre de un futbolista, ¡pero uno del otro lado del Río de la Plata!", continuó contando Muslera, quien fue figura fundamental cuando los uruguayos nos eliminaron por penales en la Copa América 2011 en Santa Fe y es titular indiscutido para Tabárez. Además fue clave en Sudáfrica 2010, donde Uruguay fue cuarto y él mantuvo la valla invicta hasta la victoria 2-1 en octavos de final contra Corea del Sur, y mantuvo el puesto en Brasil 2014, cuando la Celeste fue eliminada en octavos de final por Colombia.
"Nunca conocí al médico ni se me ocurrió, hasta ahora que lo mencionan, ver ese partido de 1986 como para ubicarme en el momento", sigue Muslera.
El médico que atendió a Norma Micol (la mamá de Fernando), futbolero como buen argentino, despotricaba en broma porque se estaba perdiendo el partido de la selección que capitaneaba Maradona. El parto resultó tan complicado que tras sacar a Fernando del vientre, el doctor le comentó a Norma: "después de tanto trabajo me merezco un gol de la Argentina", y justo se produjo la desafortunada acción en la que Eduardo Acevedo le dejó servida una pelota a Pedro Pasculli, y el delantero de Bilardo anotó el gol que significaría la victoria albiceleste sobre el equipo que dirigía Omar Borrás.
A todo esto, el médico no estaba al tanto de la nacionalidad de los flamantes padres, hasta que se enteró y decidió gastarles una broma: "ahora al nene van a tener que ponerle Pedro Pablo, el nombre del jugador (Pasculli) que le hizo el gol a Uruguay.
Norma y Hugo habían cruzado el río para buscar mejores horizontes económicos. En ese período se produjo el embarazo y el nacimiento de Fernando, que sólo vivió ocho meses en su tierra natal, hasta que sus padres decidieron volver a radicarse en Montevideo.
Entonces, en vez de cantar o juremos con gloria morir y hacer deberes sobre San Martín y la Revolución de Mayo, Fernando entonó "Orientales la patria o la tumba" y aprendió sobre Artigas y la Batalla de Las Piedras. Y era un buen alumno, tanto que llegó a ser abanderado en la Escuela 125 de Instrucciones y Silva.
En el mismo barrio se divertía con la pelota jugando en el baby fútbol del Royal, y se conocía de memoria la Avenida de las Instrucciones, ya que en la esquina de Silva estaba su escuela, y en la de Propios la canchita del baby. Allí, jugaba como centrodelantero y también era el 9 cuando pasó al club Ferrocarril. Luego jugaría en el Olimpo, de Edison y Lamarte, donde una tarde, esas casualidades que tiene la vida, harían que encontrara su lugar en el mundo: el arco.
Resulta que para un partido había faltado el arquero, y el técnico decidió mandarlo a él a ponerse los guantes, teniendo en cuenta su buena estatura y agilidad para arrojarse hacia los palos. Un visionario el tipo. De casualidad jugó de golero, y se atajó hasta el viento, por lo que nunca más dejó el puesto.
Pero Fernando era calentón, y cada vez que le hacían un gol se embroncaba y abandonaba el arco. Eran grandes las rabietas que se agarraba el pequeño arquerito, y costaba convencerlo para que volviera a jugar bajo los palos.
Dejó el Olimpo y se fue a jugar al Cosmos Corinto, un grande del baby fútbol, con su canchita pegada al arroyo Miguelete. Era el club del nuevo barrio de la familia Muslera, que aún está afincada en el Prado.
De Armas es orientador técnico y una de las personas más influyentes en la carrera deportiva de Muslera. "Es un excelente pibe y muy compañero. Era un niño muy especial, obediente y cumplidor. No faltaba nunca. Lo recuerdo porque sentía mucho lo que hacía. Su fuerte es la familia que tiene" manifestó.
Durante su infancia, Fernando había hecho amigos en cuatro clubes de baby fútbol, hasta que al cumplir 13 años empezó a jugar en las divisiones menores de Montevideo Wanderers. Su llegada al club del Prado se produjo gracias a que un amigo suyo lo invitó a una práctica, y en su primera prueba salió airoso. Le remataron varias veces al arco, atajó unas cuantas, y los entrenadores se convencieron de inmediato. Le dijeron que quedaba, y arreglaron fecha para un futuro entrenamiento, no para someterlo a otra prueba sino para ficharlo como arquero de la Séptima División. Wanderers es el equipo que me llevó a lo que soy hoy por hoy, y de aquellas épocas recuerdo que iba en bicicleta al Parque Viera con unos compañeros, de ahí tomábamos el ómnibus para ir a entrenar al complejo de Wanderers; en Sexta y Séptima practicábamos en el Mauá; recuerdo jugar en el Parque Ancap, rememoró Fernando en una entrevista para el sitio web oficial de la institución. Me queda el cariño de la gente; yo cuando volvía de unas vacaciones de Italia, siempre me iba a ver un partido al Viera, y charlar con la "Flaca" Ivone, el "Cani", que son viejos conocidos, y en el club todos los conocen; ir a charlar con ellos y tomar unos mates, es una alegría, porque crecí junto a ellos, porque es como mi casa.
Mientras jugaba en las inferiores del bohemio, Fernando debió optar entre el fútbol y el estudio, cuando llegó a 4º año de liceo. Por entonces, ya formaba parte de la Selección Sub-17, y poco después, con 18 recién cumplidos, el "Chifle" Barrios lo hizo debutar en la Primera División. En la noche previa al sábado 6 de noviembre de 2004, a Fernando le costaba conciliar el sueño, ya que esperaba ansioso su debut. El rival era nada menos que Peñarol. Perdió 2-1, pero ratificó las condiciones que venía mostrando en las juveniles, y quedó confirmado en el plantel de profesionales.
Había integrado el plantel en el Sudamericano Sub-17, en 2003, pero como suplente de Sebastián Sosa. En la Sub-20 ya fue titular, y mantuvo su arco invicto en la 1ª fase del Sudamericano 2005 (los DT eran Ferrín y Castelnoble). Pero en las finales, Uruguay terminó 5ª y tampoco pudo ir al Mundial, que era en Holanda.
En el Mundial 2010
La Celeste avanzó a los cuartos de final, donde se toparía con Ghana. Norma, que sufre mucho cuando mira los partidos importantes de su hijo, ya había sufrido una taquicardia cuando la final de la Copa Italia 2009, y tuvo que ser asistida por un médico. ¡Y en la definición por penales contra Ghana, casi le explota el corazón!
En la semana previa a ese juego, Muslera le comentó al "Palito" Pereira que si había definición por penales, él atajaba dos, seguro. Fernando nos contó que en la semana hablaron de la posibilidad de los penales y le dijo a Palito Pereira: "Si hay penales, me atajo dos, quedate tranquilo". Y así fue. No se lo notaba nervioso. Siempre dice que después que ataja la primera pelota del partido, los nervios se le van, contó su mamá.
Muslera reconoció unos días antes que Diego Forlán le había estado mostrando en la web unos videos sobre la forma en que los ghaneses ejecutaban penales. "Si me ayudó" Aparte de eso, yo me tengo fe, siempre lo dije, ya me ha pasado en dos definiciones con Lazio; me deja muy contento atajar dos porque facilita luego a los grandes pateadores que tiene Uruguay para que hagan su trabajo. Asegura que su fórmula para atajar penales -lleva muchas contenciones en el fútbol profesional en primera y numerosas a lo largo de su carrera desde Wanderers y Nacional- es la intuición, la misma que le sirve para adelantarse a menudo un par de segundos a lo que finalmente harán los delanteros rivales para frustrarlos desde debajo de los tres palos o saliendo a cortar.
Selección mayor
Fernando Muslera empezó a ser citado por Óscar Washington Tabárez, director técnico de la Celeste, para los últimos partidos de la eliminatoria para la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010, debido a que no resultaban totalmente satisfactorias las actuaciones de sus predecesores: Fabián Carini, Sebastián Viera y Juan Castillo. Su debut fue en el penúltimo partido, en Quito, contra Ecuador.
A los 7' del partido ante Corea del Sur, por octavos de final de la Copa Mundial Sudáfrica 2010, venció el récord de imbatibilidad en el arco Celestedurante una copa del mundo, que ostentaba hasta ese momento Ladislao Mazurkiewicz.
En cuartos de final, ante Ghana en la definición por penales detuvo los tiros de John Mensah y Dominic Adiyiah dándole el pase a su equipo a las semifinales.
El 16 de julio de 2011, demostró tener una gran capacidad técnica y de reflejos, por lo cual se convirtió en figura clave del triunfo de su selección sobre el equipo local por los Cuartos de final de la Copa América Argentina 2011. De hecho, Muslera le detuvo un penal a Carlos Tévez en la serie por penales que Uruguay le ganó -por 5 a 4- al anfitrión, Argentina, por lo que recibió el reconocimiento de la organización al mejor jugador de aquel encuentro.
El 12 de mayo de 2014 el entrenador de la selección uruguaya, Óscar Washington Tabárez, incluyó a Muslera en la lista provisional de 25 jugadores con los que inició la preparación para el Copa Mundial de Fútbol de 2014 Finalmente fue confirmado en la lista definitiva de 23 jugadores el 31 de mayo. Muslera fue el arquero titular de Uruguay en los cuatro partidos que disputó su selección en el torneo.
Uruguay nomá que no ni no ... Salú Nene!!
Fuentes: Archivos FiFa- La República- Wikipedia
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