CON UN PROYECTO FIRMADO POR EL ARQUITECTO ISAY WEINFELD, "EL" FASANO FUERA DE BRASIL COMBINA CONCEPTOS DE ELEGANCIA RÚSTICA CON RELAJACIÓN Y ENCANTO TÍPICOS DE PUNTA DEL ESTE.
Instalado al norte de la Barra de Maldonado, 20 bungalows de luxe y 12 suites en un área de 5.000m2, tienen vista a bosques y lagos, servicios como autos para recorrer el entorno (Mercedes Benz o Mini Cooper ), canchas de polo, piscinas naturales, servicios de picnic y cabalgatas, cancha de golf diseñada por Arnold Palmer, canchas de tenis, spa, kids club, y varios restaurantes donde ver la puesta de sol tomando un clericó.
Este es el típico caso que me gusta resaltar como mérito de las cadenas hoteleras que rescatan la idiosincrasia cultural y geográfica de cada lugar.
Hay hoteles que si no te sacan afuera no sabes donde estás porque son todos iguales e impersonales. Los de este tipo, todo lo contrario: en vez de menúes internacionales se adaptan a productos y tradiciones locales, lo mismo con el mobiliario y con varios detalles más, en general más centrados en calidad que en cantidad o volumen, todo con atención personalizada.
Personalmente prefiero mil veces este tipo de hotelería: de escala (no tanto tarifas) más accesible, llenos de detalles, más abarcables, usualmente con un concepto más sui generis detrás y un intento de diferenciación mayor, con esa contradicción aparente de simple pero sofisticado.
Es interesante también el tema de cómo un arquitecto de afuera tiene herramientas, dominio, información y oficio como para poner en valor justamente esos detalles folklóricos autóctonos sin perder el glamour y la elegancia.
Para soñar un ratito o visitar para ver la puesta del sol.
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Artículo publicado en El Observador
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